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Cide Hamete

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Cide Hamete <p> en Zaragozando

Os presento a Cide Hamete, autor de un blog que yo solía leer y cerró el año pasado, aunque resurgió en febrero de este año(con un artículo que compartía con nosotros citando un extracto del libro de "Momo"). Este blog me gustaba porque descubría personajes y escritores. Además que siempre su autor demostraba un exquisito gusto y conocimiento. He querido contactar con él para que colabore, cuando pueda, en "Zaragozando". El artículo que me ha mandado trata sobre su identidad. Algo que me picaba mucho la curiosidad. ¿De dónde viene Cide Hamete?

(Animo a que lo leais ya que aprendereis algo nuevo)

Transcribo sus palabras:

Don Quijote es un personaje fascinante, pero el libro del que ya nos cansamos de hablar el año pasado tiene un sinfín de personajes que resultan curiosos. Podríamos escribir un libro de cada uno de ellos: El bachiller Sansón Carrasco, el cura, Maritornes, Dorotea "La princesa Micomicona", Ginés de Pasamonte, el caballero del Verde Gabán,...

Pero hay un personaje que me llama la atención poderosamente. Es un personaje que no aparece en ninguno de los cuadros pintados sobre el Caballero de la Triste Figura. Ni Doré ni Dalí lo retrataron, ni los guionistas de la serie de dibujos animados se acordaron de él. Tenemos pocas imágenes a las que agarrarnos, no sabemos casi nada de él, y sin embargo a él le debemos el poder conocer la historia del loco más célebre de la literatura. Este personaje tiene por nombre Cide Hamete Benengeli. Se trata de -según Cervantes- el auténtico cronista de la historia de tan sin par hidalgo.

Cervantes comienza contando una historia escuchada por él y que es la que dice que "En un lugar de la mancha..." pero llegando al capítulo IX de la primera parte se queda sin historia. Entonces es cuando relata lo siguiente: "Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y, como yo soy aficionado a leer,aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía, y vile con caracteres que conocí ser arábigos. Y, puesto que, aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese; y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues, aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua, le hallara. En fin,la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y, leyendo un poco en él, se comenzó a reír.Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación. Díjele que me la dijese; y él, sin dejar la risa, dijo:-Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: "Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha".Cuando yo oí decir "Dulcinea del Toboso", quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de Don Quijote. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y,haciéndolo ansí, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Mucha discreción fue menester para disimular el contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro; y, salteándosele al sedero, compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio real; que, si él tuviera discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis reales de la compra. Apartéme luego con el morisco por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban de don Quijote, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentóse con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo, y prometió de traducirlos bien y fielmente y con mucha brevedad. Pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere"

Cide Hamete aparece a lo largo de toda la novela. No deja Cervantes de agradecerle el detalle con el que refiere la asendereada vida de Don Quijote y su escudero. Pero ¿quién fue Cide Hamete Benengeli? Parece ser un juego de palabras hecho por Miguel de Cervantes, aunque teorías hay un ciento. Vayamos por partes:
· Cide: aquí parece que hay acuerdo. Significa Señor. Todos recordaremos a El Cid Campeador. Pues el origen en ambas palabras es el mismo.
· Hamete: También aquí parece haber acuerdo. Es la castellanización de Hamid, que es un nombre árabe bastante común, al menos en la época en la que se escribe el libro. Conviene recordar que Cervantes anduvo como militar por tierras moras y era conocedor, de la forma de vida de los árabes. Me atrevo a decir incluso que tenía un buen concepto del mundo árabe al que trata muy bien en algún capítulo.
· Benengeli: Aquí es donde más discrepancias encuentro. En la edición de Óptima apunta a que el significado es Cervatillo y da a entender que Cervantes buscaba alguna palabra que pudiera sugerir su apellido detrás del escritor morisco. Sería en este caso un alter ego de Cervantes. Pero en Cátedra, John Jay Allen le da el significado de Aberenjenado. Se pueden consultar más opiniones al respecto. Estas corresponden tan sólo a dos de las ediciones que yo tengo en casa.Para mí la magia de este personaje está en no estar dentro de la historia de Don Quijote. Es un simple escribano que hace crónica de unos hechos sin que se sepa si fue bien pagado o no por ello. Sus papeles, metidos en cartapacios son vendidos en un puesto de sedas por un muchacho que va buscando comprador. No parece haber escrito como Cervantes con Privilegio del Rey ni que el libro original sea vendido por doscientos y noventa maravedís y medio como reza la tasa en la que se fijó el precio al que debía venderse la primera parte.

Es un personaje sin gloria reconocida. En mi imaginación es un escritor humilde cuyo trabajo no tiene otro ánimo que el del idealismo. Probablemente Cide Hamete, mientras escribe, reza para que los pliegos que recogen sus escritos caigan en buenas manos que hagan llegar a la humanidad la historia de un personaje tan fascinante como Don Quijote: loco, caballero, enamorado, culto, sabio, noble, leal e idealista.


Como podréis comprender, el día que quise hacerme un personaje por estos mundos de internet mi pasión por la novela y por el personaje me empujó a ponerme como "nick" Cide Hamete. Cide en la mayoría de los casos. Cuando escribo para los amigos no suelo poner lo que tomo por apellido. Vale.


La imagen muestra a Cide Hamete dibujado por Ramón Fernández Palmeral. Todo un descubrimiento que debo a la directora de este blog.

Hoy, 10 de julio de 2006, actualizo este artículo con un web que he encontrado por internet en la que citan a nuestro querido y colaborador de este blog, Cide Hamete. En esta web le responden a su artículo.

No sé por qué no han comentado directamente en "Zaragozando"... desde aquí os animo a que dejéis un comentario. Me anima, os lo aseguro, a escribir cada día.

4 comentarios

Javier -

Quien esté libre de culpa... Al hilo de las contracciones pillé en un renuncio a un afamado lingüista no hace muchos días. Los despistes -que no el desconocimiento- son inherentes al escritor. Me llevo el post para mi blog, porque es interesante, porque Cide es mi amigo, porque vivo en la Ínsula Barataria y me gusta todo lo relacionado con el Quijote. Nota: creo que ahora los comentarios no permiten saltos de línea. Quizá quede un poco desalineado.

Cide -

tienes toda la razón Torita Brava. También a mí me ha hecho daño verlo. Gracias por la corrección.

Torita brava -

Me parece que has dado con un filólogo de los míos, pero ese \"de el\" del final me ha hecho fosfatina. Recuerdos. ¿Vienes en S.Santa? Llámame a ver si nos vemos, yo hace una semana que escapé de Alcatraz, perdón... Teruel