Alta Fidelidad
Hoy he recogido mi cuarto. Ya, tocaba. Os lo recomiendo. Entre otras cosas, es una buena manera de encontrar muchas cosas que había dado por perdidas. De hecho, siempre suele ser este el motivo por el que me pongo a ordenar: para encontrar algo que no sé donde lo he metido. Por otra parte, también se redescubren cosas que hacía mucho tiempo que no sabías de su existencia. Como estas cintas de cassette. Algunas de ellas, ni siquiera pone en la caja qué son, y ha sido, como decía, un redescubrimiento escucharlas, de nuevo.
Ordenar mi cuarto es como revivir, por un momento, sentimientos. Algo que me ha recordado al libro de Nick Hornby: "Alta fidelidad" .Novela que tal vez os suene más porque fue adaptada al cine.
Transcribo mi cita favorita (que también la he encontrado anotada en un cuaderno donde solía copiarme todas las citas que me gustaban) Ahí va:
Me da la impresión de que si pones la música ( y los libros posiblemente, y el cine, y el teatro, y las cosas que tienen sentimiento y que te hacen sentir) en el centro de tu ser, no podrás aclarar ni en broma tu vida amorosa; no podrás pensar en esa vida amorosa como quien piensa en el producto acabado. Tendrás que pasarte la vida dándole caña, tendrás que mantenerla viva y revuelta; tendrás que darle caña sin parar, desenmarañarla a cada paso, hasta que se te deshaga entre las manos y te veas obligado a empezar otra vez de cero. A lo mejor es que todos vivimos la vida a una intensidad excesivamente alta, al menos los que nos pasamos el día entero absorbiendo cosas de alta carga emocional, y es consecuencia lógica que no podamos sentirnos meramente contentos: tenemos que ser infelices, o si no vivir en éxtasis, en un estado de completa felicidad, y esos estados son difíciles de alcanzar dentro de una relación de pareja sólida y estable. Puede que Al Green sea directamente responsable de más cosas de las que había supuesto.
Está visto, los discos me han ayudado a enamorarme, sin duda. Oigo un tema nuevo, con un cambio de acorde que me derrite las entrañas, y sin darme ni cuenta ando buscando una chica, y antes de que me dé cuenta la he encontrado. Me enamoré de Rosie, la de los orgasmos simultáneos, justo después de enamorarme de una canción de los Cowboy Junkies ; la ponía sin parar, una y otra vez, y me ponía en plan soñador, y necesitaba una chica con la que soñar, y la encontré, y
bueno, todo un problemón
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